La relectura de 'Otilia Rauda' (1986), veintisiete años después de su primera edición, permite constatar que es una novela que se mantiene viva y, aunque ya ha alcanzado la edad adulta, su riqueza estética no ha desmerecido con los años.Problemáticas de condición humana universales y atemporales son las que habitan el microcosmos en que se desarrolla la trama. Temas como el amor, la pasión, la venganza, el asesinato, la hipocresía, la muerte, la pérdida, y la envidia, al ser concomitantes en cualquier situación de vida, independientemente del tiempo y el espacio en que estén situadas, le otorgan juventud y vigencia al texto narrativo.
Pues al final, como escribía Octavio Paz en' La llama doble', es una realidad que "la historia de las literaturas europeas y americanas es la historia de las metamorfosis del amor"; y justo las transmutaciones de sentimientos positivos y negativos en torno al amor sustentan la esencia de la trama de 'Otilia Rauda'.