Pack de 4 libros que incluye:
Estamos casados
El doctor Burt, al visitar a la enferma Sra. Murphy, cae rendido ante su hija pequeña, Martha. Sus dos hermanas mayores, Susan y Mabel, la han cuidado desde que era pequeña, sobre todo después de la muerte de su padre y des de la poca salud de su madre. Años después de la muerte de su madre, Martha y Burt se casan pese a la oposición de sus hermanas. A partir de ese momento el nombre y fortuna del doctor Burt empiezan a crecer y, mientras tanto, Susan y Mabel, son testigos de las infidelidades de Burt con otras mujeres. Éstas presionaran a Martha a "hacer algo" ante ésta situación por lo que Martha echa a su marido de casa y ella misma desaparece. Burt va a vivir al hospital y se centra en su vida y en su profesión, sin excesos ni mujeres. Después de unos años, Martha regresa con sus dos hijos gemelos y casualmente uno de ellos resultara ser atendido por Burt. Es entonces cuando Martha le confiesa que son sus hijos.
Se casa tu mujer
"—¿Quién es el futuro marido de mi mujer? —preguntó Warren, sin inmutarse en apariencia.
—Con exactitud no lo sé. Sé únicamente que es corredor de Bolsa, que está bien situado y que vive aquí, en Nueva York.
—Bueno, será cosa de pensarlo, ¿no?
—¿Por qué? Si desde hace un año viven cada uno por su lado, no veo por qué tengan que esperar. Lo raro es que no me encargara usted este asunto personalmente y que haya tenido que ser el abogado de su mujer el que me visitara.
—Un matrimonio sobre mis espaldas, no me pesa en absoluto. Yo no tengo novia para casarme. No me corría prisa alguna el divorcio.
—No cabe duda, pero según parece a su mujer sí le corre."
Me casan con él
Tras la muerte de su padre, Raf, vuelve esporádicamente al cortijo familiar. En una de sus visitas ve por primera vez a su vecina, hija de un íntimo amigo de su padre. Se encapricha de ella desde el primer momento e intentará por todos los medios casarse con ella, incluso pondrá un precio para ello.
¿Por qué te casaste conmigo?
"—Doctor…
—No quiero oírte, Clint. Tienes un bello porvenir por delante. Vosotros dos sois mis hombres de confianza. Siempre pensé que el equipo es cosa importante en estos trabajos. Un día vosotros, uno por cada lado, formaréis un equipo como el mío. Tú, Clint, puesto que has vivido siempre sacrificado, sabes mejor que nadie lo que cuesta triunfar, y sabrás asimismo aprovechar el triunfo de una forma eficiente y lógica. Un día llegarás lejos. Y yo no quiero ser cómplice de tu amargura.
—Óigame…
—No. Tu bondad te lleva demasiado lejos. No eres responsable de cuanto le ocurre a esa joven.
—Pero puedo remediar su tragedia."