Sologuren es, en la ruta seguida por Mirko Lauer, una estación en la que confluyen la ilusión y el desengaño por la escritura de poesÃa. El libro encierra un homenaje al poeta que fue amigo y maestro, no solo porque su figura sirve de marco de referencia al protagonista en más de un pasaje, sino porque también, a la manera del propio Sologuren, Lauer indaga en la poesÃa mientras hace poesÃa. La creación no se distingue de la reflexión. Esto no implica que siempre se obtenga respuestas. Por el contrario, surgen mayores interrogantes. El primer verso, aquel que abre el libro, encarna tal dicotomÃa: "La poesÃa ha reaparecido, no dice cómo". Y en la búsqueda de ese sentido, la voz poética se desdobla y explora (recorre otra vez), con una conciencia más cuestionadora, los episodios —hayan ocurrido en la más simple cotidianidad o al enfrentar el espectáculo de la naturaleza— en los que la poesÃa se le manifestó, sutilmente o no. Al final, necesitado de certezas, Lauer procura el reencuentro con algunas figuras de la poesÃa del siglo xx, tanto nacionales como extranjeras. Los retratos que construye de cada uno le permiten reconocerse y reconciliarse con la poesÃa, asà como, al fin, aceptarla.
Mirko Lauer (Žatec, Checoslovaquia, 1947). Un libro de poesÃa cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo en el diario La República, todos los dÃas. Cinco libros sobre gastronomÃa, pronto seis. Chevalier de l´Ordre des Arts et des Lettres. TeorÃa de las artes visuales. Natación, casi a diario. Tres novelas cortas. Codirección de Hueso húmero. Muy poco Twitter. Cero Facebook. Una tésis doctoral y cuatro libros sobre poesÃa vanguardista. Destacan sus poemarios Ciudad de Lima (1968), Sobre vivir (1984), Trópical cantante (2000), Alcools (2013).