A fuerza de coleccionar desilusiones, Nicole ha dejado de creer en el amor. Lo único a lo que puede aferrarse es a su trabajo de investigadora universitaria mal remunerada y a sus mejores amigos.
Ethan Walsh siempre tiene una sonrisa en los labios, a pesar de que la vida se empeña en arrebatársela. Con el fin de dejar de lado su tormentoso pasado se muda a una nueva ciudad para trabajar en una tienda de informática.
Un inesperado encontronazo entre Ethan y Nicole provocará el inicio del caos, con una rosa de papel con mensaje romántico de por medio y un reto en el que incluso los besos están prohibidos. Sin embargo, jugar con los sentimientos es como jugar con fuego: al final terminas quemándote y corres el riesgo de comprender demasiado tarde que, para ser feliz, solo basta con romper las reglas.