Glory vio cómo todas sus fantasías se hacían realidad cuando comenzó aquel romance de ensueño con el irresistible Rafaello Grazzini; todo su encanto y caballerosidad hacían que se sintiera como una verdadera princesa. Por desgracia, el padre de Rafaello no veía con buenos ojos aquella relación y pronto consiguió acabar con ella por medio del chantaje.
Muchos años después, Glory se encontraba en una situación desesperada y buscó ayuda en su antiguo amor. Tan arrogante como guapo, Rafaello accedió a ayudarla con una sola condición: que se convirtiera en su amante.