¿Qué es lo cutre? El gotelé, el bar de barrio, el coche viejo, las ferias, la Movida. El escritor y periodista Alberto Olmos repasa la cara amable, simpática y entrañable de lo cutre, un concepto que agrupa buena parte de la cultura popular más resistente y que conecta nuestro tiempo con un tiempo anterior, donde solo se sobrevivía.
Pero lo cutre puede ser también una filosofía, un modo de estar en el mundo sin servidumbres ni competiciones, ajeno a las modas tecnológicas y al consumismo. El gusto por el objeto con historia, de segunda mano, frente al frenesí de lo nuevo; el ingenio de los pequeños fabricantes frente a la frialdad productiva de las grandes empresas; el arte hecho sin medios, únicamente con talento. Todo eso es cutre, es decir, valioso.
Con humor y agudeza, Vidas baratas radiografía la nostalgia por las cosas sencillas y las actitudes verdaderas, y descubre lo cutre como la tradición más esencialmente española, una tradición que, como todas las tradiciones, consiste en hacer juntos el pasado.
«Si alguien compra barato pudiendo comprar mucho más caro, es cutre. Si alguien compra barato porque no le da la nómina para más, es pobre. En cierto sentido, la filosofía cutre consiste en vivir como si fueras pobre».
Lo cutre se encuentra cada vez más presente en nuestras vidas, está casi de moda y sus adeptos no paran de crecer, muy orgullosos, además. Lo cutre asoma en las películas, en las canciones y en los anuncios; se hace política cutre y gusta, se hace comida cutre y también gusta. La tele cutre es la única que se ve. Hay cada vez más gente que encuentra en lo cutre una tabla de salvación para no ser simplemente pobre, o simplemente rico. Ser cutre está por encima del capitalismo y sus extremos. Es una opción de vida y, como tal, parece una buena idea.