Este libro de poemas que tienes en tus manos es solo una pequeña chispa de toda la luz que irradia la autora a todos los que tenemos el placer y orgullo de estar a su lado, una gota en el inmenso océano de cariño que desprende y recoge, un piedra de este monumento a la alegría y el amor que es Ana Aldea. Fernando Tellado. <br><br>Existen instantes con la innata capacidad de transformar vidas enteras. Existen palabras capaces de definir esos momentos con toda la claridad de la persona que los ha vivido desde adentro y toda la sinceridad del que no tiene nada que ocultar: de esas palabras se nutre la poesía de Ana Aldea. Vivir mientras tanto es el resultado desgarrador del escribir siempre a flor de piel, es la seguridad y la frescura de una joven sin miedo a sentir, sin miedo a vivir, sin miedo a ponerle poesía a la vida. Davinia Suárez. <br><br>Si el mundo fuera como lo escribimos, a Ana Aldea le pondrían un mañana o un kilo de estrellas (binarias, claro) en el supermercado. La diferencia entre las ofertas a punto de caducar y sus poemas es que a la del supermercado nunca le saldrán primaveras rabiosas de las manos. Cuando tú o yo sacamos guisos y coladas de la cocina, de la suya salen, escapando de la grisura, poemas que son un falso anticiclón para cobardes. O un manual de lucha para cruzar puertas e umbrales; para, como la autora escribe, vivir mientras tanto. Inés Jiménez