Watchmen es, sin duda, el cómic más influyente del pasado siglo, una obra maestra y un clásico desde el mismo momento de su publicación. Y, al mismo tiempo, un faro solitario que señaló un camino que la industria del tebeo no quiso (o no pudo) seguir.
En W de Watchmen, Rafael Marín analiza y disecciona la obra de Moore y Gibbons, detalla su génesis, sus influencias, sus subtextos y sus referencias, su juego de simetrías y efectos mariposa y consigue que veamos con nuevos ojos el cómic... y deseemos correr a leerlo una vez más.
Watchmen es un cómic para releer mil y una veces, dice Marín. Se podría decir lo mismo de su estudio sobre Watchmen.