Casa de muñecas es, sin duda, uno de los dramas más importantes de la segunda mitad del siglo XIX, y nos muestra el conflicto que existe entre el individuo y la sociedad, y las consecuencias que este puede sufrir si no se ciñe a las normas. Siendo una mujer la protagonista, esto propició en su época los más ardientes debates en torno al rol de la mujer en el hogar; sin embargo el mismo Ibsen dijo que escribió la obra pensando en el derecho que tienen todas las personas a vivir su vida como quieran. Más allá de eso, es una obra de una lírica prodigiosa y una puesta en escena vislumbrante, que define el estilo teatral de Ibsen, en el cual el ser humano enfrenta su propia conciencia y su destino en medio de una atmósfera opresiva y angustiante.