Es sabido que cada generación hace su propio retrato, y lo hace lógicamente por medio de los mil elementos que constituyen la atmosfera dominante de la época. Entre estos elementos se cuentan también las traducciones, los co1nentarios, las revisiones y, en una palabra, todas las formas de la interpretación. Nada más natural por lo tanto que una revisión que pudo resistir a la obra del tiempo por unas décadas, -que en una época inquieta coma la nuestra cuenta cuanto un. siglo- manifieste ya la necesidad de ponerse al día. Nacida de las últimas ramificaciones del pianismo postromántico, la revisión de Chopin hecha por Brugnoli, para satisfacer el gusto actual, debe limitar el uso del pedal, la inestabilidad dinámica, y agógica y los excesivos signos dinámicos llamados de expresión; debe suprimir las dobles, cuando no triples digitaciones, las notas histórico-estéticas a menudo reconocidas contradictorias en sucesivos estudios, las que se refieren a errores presentes en ediciones desaparecidas, los preciosismos de adjetivos injertados en el texto, índices de un clima literario ya anticuado; debe en conclusión alivianar esa aparatosidad de la revisión que en aquel entonces era conveniente pero que hoy no responde a la tendencia predominante hacia !a simple y esencial claridad de la " edición según los originales", o bien, como die en los editores alemanes, del URTEXT. Hoy, y probablemente no sin razón, se cree que una revisión pletórica de consejos y guías, preordenado para cada detalle una ejecución casi obligada, puede obstaculizar, especialmente en los jóvenes, toda eventual iniciativa personal en la interpretación. Controlado el texto con la edición de Oxford (y comprobado que algunos de los revisores con el afán de crear el mito. de los originales cantan alabanzas en sus prefacios a los documentos de Oxford que después sistemáticamente no adoptan en su texto) puedo afirmar tranquilamente que mi tijera de revisor ha trabajado con el debido y respetuoso cuidado, pudiendo legítimamente esperar una buena acogida a mi trabajo por parte de los colegas, de los estudiosos y de los entendidos. PIETRO MONTANI
Esta cuidada edición de los Valses para piano de Frédéric Chopin representa una valiosa reinterpretación moderna del legado del compositor romántico por excelencia. Revisada por Attilio Brugnoli y Pietro Montani, la edición equilibra el respeto por las fuentes originales con una lectura crítica y actualizada del texto musical.
Montani propone una revisión estilísticamente refinada, que deja atrás los excesos del pianismo postromántico (uso excesivo del pedal, digitaciones superpuestas, comentarios literarios anticuados) y busca devolverle a la partitura la claridad esencial del Urtext, sin perder su riqueza interpretativa.
Comparada cuidadosamente con la edición de Oxford, esta versión busca ofrecer al intérprete —especialmente al estudiante o pianista en formación— una experiencia más libre, limpia y fiel al espíritu de la obra, fomentando la autonomía interpretativa y el desarrollo de una visión personal de la música de Chopin.
Una edición imprescindible para pianistas, docentes y amantes del repertorio romántico, con criterios claros, actualizados y respetuosos de la tradición.
Características destacadas
•Valses completos de Chopin revisados y modernizados
•Basada en criterios cercanos al Urtext, ideal para formación pianística
•Eliminación de excesos postrománticos y digitaciones redundantes
•Enfoque pedagógico que promueve la libertad interpretativa
•Comparada con fuentes históricas, incluyendo la edición Oxford