Estamos ante un riguroso ensayo; y un ensayo literario que nos regala —como dijo el filósofo— la "poetización del saber". Su prosa tiene la fuerza del columnista recio sin perder la inspiración del poeta, argumenta con osadía pero no pierde de vista nunca la vida como referente necesario, algo que no todo el pensamiento contemporáneo tiene en cuenta cuando se dejar arrastrar por la mera especulación intelectual.