Esta pequeña obra tiene una rara y única perspectiva acerca de la cirugía, la del humor. La caricatura, una representación de la imagen mental conjurada por el residente quirúrgico en entrenamiento en reacción a un comentario, mandato o crítica que más o menos de manera explosiva recibió de un superior en algún momento.
Lo que confronta el cirujano en su vida diaria a intervenir dentro de un cuerpo enfermo genera tensión, la cual el residente tiene que aprender a controlar para poder realizar sus tareas en forma efectiva. La situación requiere aún mayor temple y control cuando la condición física del paciente es muy grave, bien sea por infección, hemorragia o pérdida de funciones vitales, como ocurre con frecuencia en las peritonitis, las gangrenas, la cirugía complicada de corazón y pulmón, los traumatismos graves, los pacientes con fallo cardiaco, hepático o renal, etc.