Hopper y el fin del mundo narra un viaje caleidoscópico a las
terribles precuelas de la debacle, a los paisajes de la desolación,
a los sonidos cada vez más cercanos de la muerte y al encuentro
de dos soledades que se hacen compañía en medio
del estático universo de las postrimerías. Ella danza en lo oscuro
de su pasado, y él, solitario y descreído, se siente cómodo en
el vacío. Ambos, tal como escribió Zagajewski, intentarán vivir
el ocaso de los tiempos con dignidad y con algo que, abriéndose
paso entre las heridas, es parecido a la belleza o al amor.