Una historia real estĂĄ forjada tambiĂ©n por sus hechos tardĂos, las astillas desprendidas del cuerpo mayor de acontecimientos. Si la polĂtica que surge de los hechos de armas de los años 70 inventĂł su estilo, sus procedimientos y sus percepciones Ă©ticas frente a la vida y la muerte, y todo ello resulta hoy muy conocido, el resplandor rezagado de los grupos armados que actuaron fugazmente una dĂ©cada y media despuĂ©s, luego de la caĂda del rĂ©gimen militar, son un capĂtulo poco notorio, menos enlutado, pero no carente de vibraciĂłn trĂĄgica. La historia de Krmpotic se convierte en un ejercicio rememorativo repleto de vivacidad y sagaces comentarios sobre la vida carcelaria. Krmpotic formaba parte de la ORP y ese grupo, concebido como un avatar enĂ©rgico de la justicia de urgencia, intenta secuestrar al mĂ©dico BergĂ©s, notorio oficiante de los actos de suplicio contra las encarceladas y encarcelados en centros clandestinos, y presionar a grandes supermercados para que entreguen parte de sus ganancias a finalidades solidarias. La voz de Krmpotic parece venir de muy lejos, pero se enlaza perfectamente con los drĂĄsticos y rotundos relatos sobre los destinos militantes, la condiciĂłn del prisionero, la autoridad del que decide recordar. La cicatriz endurecida con la que analiza los tramos penumbrosos de la vida y la polĂtica, son retratos firmes sostenidos con una agudeza donde conviven la ironĂa y la amargura. Y a pesar de que sus reflexiones estĂĄn encajadas en palabras maduradas por duras experiencias, todo parece basarse en la incertidumbre sobre el origen del propio nombre. Horacio GonzĂĄlez