América Latina es una de las regiones del mundo donde la promoción y la protección de los Derechos Humanos (en adelante, ddhh) son asuntos de continua demanda y álgida discusión en las agendas nacionales de los Estados latinoamericanos, por los preocupantes incumplimientos de las obligaciones de respeto y garantía de los ddhh de sus poblaciones, pero también por los cambios que vienen experimentando las políticas internas, donde se privilegian intereses económicos que lejos se encuentran de poner a la dignidad humana como faro de las actuaciones del Estado. Otros factores han contribuido a asegurar importantes avances. De un lado, se destaca el trabajo de lucha de los movimientos sociales nacionales y regionales, tanto durante los períodos de las dictaduras que tuvieron lugar durante las últimas décadas del siglo xx, como producto del ejercicio comprometido de la participación ciudadana prevista en nuevas o reformadas constituciones. De otro, la ratificación de una serie de instrumentos internacionales que han contribuido con el aumento de los estándares de civilidad de las sociedades latinoamericanas1 y, a escala regional