El eje temático que atraviesa mis intereses investigativos se ha desplegado alrededor de dos asuntos que se encuentran entrelazados: por una parte, el diseño de una propuesta de historización del presente contemporáneo, y por la otra, el análisis del carácter global del mundo actual. O, para decirlo en palabras más simples, las preocupaciones por el presente y la globalidad representan dos facetas de una misma gran trama: el entendimiento y la explicación de las coordenadas fundamentales del presente contemporáneo a la luz del desarrollo histórico. Varios factores me han llevado a interesarme por este tema. Uno de ellos se encuentra en el convencimiento al que he llegado en torno a la necesidad de comprender aquello que el filósofo Marcel Gauchet entendía como la "condición histórica" de la contemporaneidad, que se representa como una conciencia de la condición humana, que impone la necesidad de comprender el despliegue del presente desde su trasegar en el tiempo. En efecto, una observación rápida de ciertas situaciones conflictivas actuales, el problema ruso- ucraniano en torno a Crimea– pone en evidencia que la contemporaneidad está sobrecargada de historia, pues el presente no representa únicamente lo actual, dado que el presente tiene un espesor que está conformado de variados estratos históricos