Estamos en el aĂąo 2975 de nuestra era y en la tierra conviven humanos y androides dotados de una tecnologĂa increĂblemente desarrollada. Han desaparecido los estados, las armas y en la sociedad imperan en el conocimiento y la fe.
Se hacen viajes al espacio a la velocidad de la luz y como algo habitual se visitan planetas, estrellas, luceros y galaxias cercanas y se recogen minerales de lugares recĂłnditos del espacio. Conviven en perfecta armonĂa todas las razas y religiones y la medicina ha logrado increĂbles avances, pero, aunque se ha aprendido mucho de los errores del pasado, la incrustaciĂłn de una proteĂna con la intenciĂłn de evitar el instinto autodestructivo de los humanos les ha privado de intimidad y libertad.