En sus nueve años de vida, a Manu Penoso nunca le ha importado apellidarse Penoso. Sin embargo, cuando el pesado de Lolo Lolofski llega a su clase, empieza a hacerle la vida imposible por esa y otras cosas. Y Manu, que antes era uno de los guayotes de la clase, ahora empieza a hundirse en su penosidad. Pero no importa: con la ayuda de su amigo Milongo, su abue Cacharrazo y su propia imaginación de niño genio, Manu Penoso ideará una y mil estrategias para recuperar su guayosidad. Bueno, aunque no todas le salen bien... es más, casi todas le salen mal...