RincĂłn y Cortado no acaban de ser arquetĂpicos: son sĂłlo esperĂŠnticos. No son nunca del todo vĂctimas ni nunca por completo victimarios. El mundo de Cervantes estĂĄ lleno de contradicciones porque es nuestro mundo y porque en la realidad la supervivencia sĂłlo se responde con la contradicciĂłn de rufianes dichosos, fregonas ilustres y caballeros pĂcaros. Nunca canonizados y jamĂĄs demonizados, nunca condenados mas nunca redimidos. Inconclusos como la novela misma, RincĂłn y Cortado.