En 1875, el periodista tolimense Inocencio Bonilla Galindo presentó al público el Tratado de Ciencia Constitucional de José María Rójas Garrido, abogado y político radical, considerado por muchos de sus contemporáneos como el mejor orador del país. El tratado, que no superaba las ochenta páginas, consistía en un libro de bolsillo de tan solo trece centímetros de alto por ocho de ancho (ver Imagen 1, p. 323). Fácil de consultar y llevar consigo a todas partes, el librilloestaba diseñado para que jóvenes e "individuos de las diversas esferas sociales" tuvieran acceso, en palabras de Bonilla Galindo, a los nuevos adelantos de la ciencia constitucional.
Tanto el lenguaje del tratado como la forma, tamaño y calidad de la publicación buscaban facilitar la divulgación de la literatura liberal sobre los derechos individuales, el ejercicio de la soberanía, el sufragio y la organización de los poderes públicos. Temas cuya promulgación era, sin lugar a dudas, esencial para los representantes del radicalismo liberal de la segunda mitad del siglo xix.
La circulación de este tipo de literatura jurídica a mitad de dicho siglo no era un asunto marginal en Colombia. Así lo demuestran los catálogos de librerías y los anuncios de prensa publicados en un ambiente altamente politizado y en un país que aún estaba definiendo su dirección institucional. Sin embargo, y a pesar de la alta relevancia para la historia del derecho y para la historia intelectual del siglo xix colombiano, muchas de estas publicaciones no se recuerdan y mucho menos han sido analizadas por estudiosos de la doctrina jurídica de nuestro país.