Gerardo Soriano tiene el mundo a sus pies. De brillante catedrático a ejecutivo de éxito, su trayectoria parece envidiable hasta que se ve envuelto en una investigación del comisario Sila, de la policía contra el crimen organizado de Nápoles, a raíz de la aparición de un cadáver anónimo en un contenedor de basura. A veces la casualidad se convierte en destino. Nunca imaginó Gerardo que terminaría fregando suelos en un bar de San Francisco.
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