El siglo XIX estableció una red de problemas económicos, políticos y culturales para Cuba. En este ensayo los autores analizan y concluyen cómo habría que realizar estudios de figuras y tendencias, para enfocar cuestiones culturales importantes que han sido relegadas, y así por fin acceder a una cuestión esencial: la comprensión de la vida intelectual de esa época. Porque la historia cultural de una nación depende también de nexos apenas visibles a veces, pero de una fuerza relevante a la hora de proyectarse sobre la existencia cultural de un pueblo. Hay trayectorias intelectuales que por diferentes razones han sido preteridas en nuestra percepción investigativa.