Mucho antes de que la frase "espiritual pero no religioso" se pusiera de moda, había religiones y tradiciones espirituales en la India, China y Occidente que negaban la existencia de Dios.
Peter Heehs empieza centrándose en las tradiciones sin Dios del mundo antiguo. Las religiones indias como el jainismo y el budismo mostraban el camino hacia la liberación por medio del esfuerzo individual. En China, los confucionistas y los taoístas enseñaban cómo vivir en armonía con la naturaleza y la sociedad. Filosofías del mundo grecorromano, como el epicureísmo, el estoicismo y el escepticismo, se focalizaban en mejorar la calidad de vida más que en ganarse el favor de los dioses a través del culto. Heehs muestra cómo estas tradiciones, redescubiertas durante el Renacimiento, contribuyeron a iniciar la Ilustración en Europa y abrieron el camino al ateísmo y al agnosticismo de los siglos xviii y xix. La aproximación personal e interior a la religión fue conocida como "espiritualidad".
Espiritualidad sin Dios es un contrapeso a las narrativas teístas que han dominado el ámbito, así como una introducción a formas de pensamiento y práctica espiritual que pueden atraer a personas no interesadas en Dios.