Día tras día escuché sus presentaciones. Las semanas se transformaron en meses, y la niebla que rodeaba a las Escrituras comenzaba a despejarse. Los pasajes complejos no parecían tan intimidantes. Progresivamente me sentía más cómodo con la Palabra de Dios… la Biblia llegó a ser accesible, gracias al curso que estaba destinado a transformar mi vida. El doctor Hendricks nos convenció que la Biblia podía ser comprendida. Él nos dio a sus estudiantes las técnicas que, con el perfeccionamiento de la práctica, nos abrían la Biblia. Descubrí que ya no estaba meramente hablando acerca del Libro de Dios, sino viviendo el Libro. Más de treinta años ya han pasado desde que mi perspectiva completa cambió, y recientemente me he enterado que otros ahora tienen disponible las mismas técnicas y principios necesarios para cultivar su propia espiritualidad que yo tuve. El volumen en sus manos tiene el potencial de darle un giro completo a la vida, no solamente de usted, sino también de las personas con quien usted se relaciona.