Este libro cuestiona la inclusión tal como está planteada en la actualidad y postula la construcción conjunta de nuevas perspectivas. No se trata de escrituras que intentan mostrar lo que se sabe. Son intentos elaborativos para entender eso que nos quema de indignación en la boca del estómago cuando vemos a ese niño que no puede, a esa niña que no alcanza, a ese joven que se quedó afuera o que se cae de un sistema que no lo alberga y que, muchas veces implícita o explícitamente lo expulsa. Interpelar la inclusión implica cuestionar las políticas de exclusión que conlleva; es una invitación a repensar los binarismos para reflexionar acerca de los modos en los que construimos lazo social.
El acto educativo/inclusivo puede ser emancipatorio en tanto nos acompañe a todos y a cada uno en la construcción de saberes, respetando modalidades, alterando las clasificaciones subjetivas tanto como las calificaciones del ser. Proponemos una pedagogía desobediente, como un acto de resistencia que nos lleve a prácticas que modifiquen y reaccionen ante situaciones inaceptables.