La historia de la cultura está hecha de negaciones que se instalan durante siglos en el imaginario de los investigadores. Así ocurrió con el dionisismo en el marco de la idealización corriente del universo griego o con el tantrismo dentro de la tradición budista, y también es el caso del canibalismo, que, aunque clave para el estudio de las culturas prehispánicas, ha sido objeto de estigma más que de estudio para la filosofía y las humanidades. Adolfo Chaparro cubre este vacío y analiza múltiples evidencias icónicas, etnográficas e históricas presentes en estudios de diversas disciplinas, que en conjunto revelan una suerte de constelación americana del canibalismo pre y poshispánico.