La cultura de masas es una expresión que, incluso con sus especificidades contingentes, se desarrolló en el mundo occidental a la salida de la Segunda Guerra Mundial. En este contexto se masificaron el uso de la radio, el cine, el teatro y la televisión como artefactos culturales que potencialmente permitieron reproducir un mismo discurso simultáneamente para toda la población.
La Argentina gobernada entre 1946 y 1955 por Juan Domingo Perón atravesó un proceso que hizo de esos artefactos un recurso pedagógico al servicio de la gestión de las sensibilidades. La creación en el seno de la administración educativa del Departamento de Radioenseñanza y Cinematografía Escolar fungió como vertebradora de una política nacional audiovisual pedagógica, con significativos recursos federalizadores.
A través del diseño, elaboración y distribución de un conjunto de actividades radiales, cinematográficas, televisivas, teatrales y gráficas, la política audiovisual pedagógica procuró reproducir una imagen y una imaginación particular para que sea transmitida a toda la ciudadanía. De esta manera, el uso didáctico de imágenes y palabras mediante diversas tecnologías, especialmente el cine y la radio, posibilitó que los discursos políticos "pedagógicos, pero también propagandísticos" trascendieran los muros escolares y se incorporaran a la cotidianeidad de la Nueva Argentina peronista.