La Ley de Caza y el Reglamento, de 1970 y 1971 respectivamente, ya consideraban una necesidad la defensa de la riqueza cinegética y establecían medidas restrictivas para la práctica de la caza.
Para utilizar armas o medios que precisen autorización especial, será necesario estar en posesión del correspondiente permiso, que se entiende expedido por la autoridad competente.
El cazador, por tanto, es la persona que debe cumplir en todo momento de ejercicio de la caza, los requisitos y las obligaciones que contempla la Ley y el Reglamento de Caza, así como las disposiciones complementarias tratadas en este libro.