La vida de Thomas Buergenthal fue un duro camino desde que nació en 1934, de padres judíos alemanes, hasta convertirse en juez de la Corte Internacional de Justicia en el año 2000. Entre estas dos fechas, sobrevivió a los campos nazis, se educó en los Estados Unidos y se dedicó al derecho internacional y a la defensa de los derechos humanos. Su autobiografía es un claro homenaje a las poderosas palabras de su padre: «No desesperar bajo ningún concepto». El pequeño Buergenthal hizo suyas estas palabras y conservó, con inmensa voluntad de sobrevivir, su vida y sus principios, sin sucumbir a la tentación del odio ni al cinismo.