¿Por qué la paciencia plena? Hemos estado estudiando las pautas dadas por los estudiosos y los profesionales sobre la importancia de implantar la atención plena en nuestras vidas a partir de técnicas que nos llevan a vivir en el presente, valorando cada momento intensamente. El mindfulness (paciencia plena) nos propone ejercitar hábitos diarios y rutinarios para mantenernos centrados en lo que estamos haciendo, sin dejar que nuestra mente divague en recuerdos pasados o en logros futuros. Nuestros sentidos deben estar conectados con el aquí y el ahora, con el entorno y las personas que nos rodean, con las acciones que estamos realizando, y con nuestro cuerpo y nuestra mente sin distracciones.
Pero, después de todo, ¿qué es la paciencia? Una definición práctica de la paciencia es que es la capacidad de tolerar o aceptar una dificultad, un retraso o una preocupación sin frustrarse o sin cambiar de humor. Por lo general, ninguna persona escapa a ninguna de estas situaciones: retrasos, preocupaciones, frustraciones o cambios de humor. Estas situaciones forman parte de la vida, nos guste o no. Para comprender mejor el ámbito de la paciencia, introducimos la noción de ”enemigos de la paciencia” y ”amigos de la paciencia”. Los ”enemigos de la paciencia” pueden ser, y deben ser, identificados. Se definen como los principales ”culpables” de nuestro malestar diario: primero, las personas; segundo, el tiempo; y tercero, las situaciones. El cuarto culpable es una combinación de los tres primeros: el caos, o ”las personas con poco tiempo en situaciones difíciles”. Por lo general, cuando se nos agota por completo la paciencia, llegamos a esta última etapa de impaciencia, y este conjunto de factores nos descoloca. Nos damos cuenta de que esta reacción de perder la paciencia solo empeora una situación ya de por sí estresante y desagradable. Entonces empezamos a hacer un esfuerzo consciente para responder de forma diferente a los retrasos, las dificultades o las preocupaciones. A menudo, lo mejor que podemos hacer es simplemente tolerar la presencia de los ”enemigos de la paciencia”. Para ello, tenemos que comprenderlos mejor. Por último, a medida que seguimos ejercitando y practicando la atención plena, al centrarnos en los elementos del presente, somos capaces de aceptarlos como parte de la vida. Para ello, debemos ampliar nuestra percepción del mundo y nuestro comportamiento ante las dificultades, aliándonos con lo que llamamos ”amigos de la paciencia”. Describimos un método sencillo —la regla de las ”4S”— para que nunca olvide a estos ”buenos compañeros”. Los cuatro ”amigos de la paciencia” son el silencio, el suspiro, la sonrisa y la seguridad. Fácil, ¿verdad? En los siguientes capítulos detallamos este método y cada uno de los cuatro amigos, además de los enemigos. También observamos que cuanto más nos centremos en el presente, viviendo el aquí y el ahora, más probabilidades tendremos de encontrar a los ”amigos de la paciencia”.