Este libro presenta un estudio sobre el tatuaje en Bogotá durante los primeros años del siglo XXI, bajo el enfoque de renacimiento de la práctica en el contexto contemporáneo. A través de una exploración etnográfica en cuatro locales y estudios especializados, se recopilaron y analizaron imágenes de tatuajes, las narrativas de algunos tatuadores, sus miradas, concepciones sobre el tatuaje, sus trayectorias en la adquisición del conocimiento y profesionalización de su arte-oficio. La investigación también se orientó a analizar otros escenarios de investigación como revistas especializadas de tatuaje, espacios de internet y convenciones de tatuaje, en los que fue posible leer las distintas manifestaciones de una comunidad del tatuaje local. Estos escenarios, espacios, territorios y contextos de investigación posibilitaron la comprensión de los sentidos construidos alrededor de los tatuajes desde la práctica y la narrativa de los tatuadores reinterpretadas por la autora. Como conclusión, se plantea que el sentido de la práctica, para los tatuadores, define al tatuaje como una forma de arte realizada de manera profesional, higiénica, segura y especializada; como un campo laboral en busca de legitimidad política, social y artística; y como un estilo de vida y un campo de creación artística corporal.