Todos me advirtieron de que no debĂa enamorarme de Sergio: nuestros amigos comunes, mi propia experiencia, hasta Ă©l mismo.
Sergio llevaba la palabra "peligro" escrita en los caracterĂsticos frunces de su ceño. Era un espĂritu libre, indomable, salvaje. Su magnetismo era tan grande como su falta de compromiso.
Con Sergio parecĂa imposible alcanzar la estabilidad que tanto habĂa buscado, mi soñado final feliz. Él solo estaba dispuesto a ofrecerme dudas, calor entre las piernas y un empleo en su agencia, uno que nunca debĂ aceptar.
No era una buena idea entregar mi corazĂłn a un hombre asĂ, pero el resto del cuerpo…
ÂżEs de ilusos creer que una aventura puede cambiarte la vida por completo?