Durante la OcupaciĂłn, dos veces a la semana un hombre realiza el mismo trayecto en autobĂșs atravesando un desabrido paisaje. En sus repetidos viajes, en medio de una espesura propia de una pesadilla, vislumbra una casa en la que todo emana decrepitud y abandono. Intrigado, el narrador siente la imperiosa necesidad de disipar la bruma del «hechizo de ese bosque sin alegrĂa» y una plomiza tarde de noviembre se decide a visitar la mansiĂłn. En su caminar por esa tierra baldĂa, todo adquiere una dimensiĂłn fantĂĄstica que confiere al protagonista los atributos de un Perceval moderno en busca de un grial apenas imaginado.
En este relato, inĂ©dito hasta ahora y quintaesencia de la ficciĂłn gracquiana, el autor, con su gran sentido para crear suspense y expectaciĂłn, disecciona uno de los temas principales de su obra narrativa, la espera y, en Ășltima instancia, la transformaciĂłn de la curiosidad en puro deseo sensual. Un texto en el que resuenan los ecos onĂricos de La orilla de las Sirtes y En el castillo de Argol, y en el que se deja ver el influjo de la literatura medieval y de Edgar Allan Poe.