"Mientras he estado en el extranjero, yo he tenido un punto de referencia para juzgar los hombres y las cosas: España. Pero esto era Ășnicamente porque yo soy español y no porque España me parezca la medida ideal de todos los valores. Ahora, y para hablar de España, me falta este punto de referencia. Forzosamente harĂ© comparaciones con otros paĂses. [...] Y no sĂłlo resultarĂĄ que España no puede ser un modelo para las otras gentes, sino que no sirve apenas para los mismos españoles. La rana encontrarĂĄ su charca muy poco confortable."
Publicada por primera vez en 1921, La rana viajera supone el reencuentro del incansable viajero con su "charca", donde todo sigue exactamente igual que cuando la dejĂł: la misma gente, las mismas ideas, las mismas costumbres se reproducen y perpetĂșan de un modo cansino.
Tiene el lector en las manos un libro divertido y triste a la vez, sagaz a la par que incĂłmodo, no exento de una crĂtica mordaz y de una voluntad de crear polĂ©mica desde el humor y con un estilo ingobernable, un libro que invita a repensar los problemas de este paĂs desde una Ăłptica distinta y que, conforme avanza, nos convence de la tremenda actualidad de Julio Camba como escritor: no es ya que algunos de sus artĂculos parezcan escritos anteayer, es que muchos podrĂan pasar, perfectamente, por ser la columna de pasado mañana.