Cuando la narracion se confunde con los sueños, la realidad y la literatura.
Todo lo que en este libro vas a leer fue en otro tiempo vivido y posteriormente redactado por el escritor en un mundo de ficciones donde se confundían los sueños con la mayor de las mágicas realidades, instrumentadas por palabras que no paraban de jugar y por luces que daban lumbre a las diversas visiones nocturnas de la muerte.
Un mundo donde los personajes pueden atravesar el papel y presentarse en cualquier estado.
Estén muy alerta a la lectura y presten especial atención al libro que tienen en sus manos. A veces, hasta ellos mismos, gozan de voluntad propia para guiarte a sus mundos.
Descubre en este libro una nueva mirada al mundo y la literatura a través de una historia que puede sorprenderte hasta la última línea.
EXTRACTO
El muerto me acusó a mí de su muerte.
No sé cómo podía escucharlo, más aún cuando se encontraba boca abajo, pero repetía y repetía en mi cabeza que yo había sido el asesino.
No me asustaba, pues siempre he vivido dentro de un mundo de fantasía para sobrellevar el infierno de la vida.
Además, algo parecía decirme que esta situación había sido ya vivida.
Creía no conocerlo cuando lo vi yacido en el suelo, sin sangre ni rastro de violencia; pero su voz me era muy familiar.
Yo le contestaba que no había tenido nada que ver con el homicidio, aunque la imagen perversa de compartir unos años en la cárcel me seducía tanto que incluso medité la idea de declararme culpable.
Pero no. No me perdonaría el mentir de esa manera solo por un deleite, y tampoco iba a consentir que un recién muerto me acusara incesantemente de su fallecimiento; y menos con voz de vivo.
¡Bastante tenía yo con soñar en una vida mejor!
Además, allí parecíamos estar él y yo solos, con lo que decidí partir del lugar. Abandonarme a mi suerte, pues la de él ya estaba echada… en el suelo.
A PROPOSITO DEL AUTOR
Aníbal García Llarena, nació un 26 de noviembre de 1985 en Tenerife, Islas Canarias.
Estudiante de Filología Hispánica y Sociología en la Universidad de La Laguna, pronto se interesó por las lenguas y la literatura.
Escritor de relatos breves, poesía, literatura infantil y greguerías, se considera siempre cerca del lenguaje, de la música y el baile, que acompañan libremente en la búsqueda de la raíz.