Una universidad es el reflejo de su gente. Es difícil concebir una institución universitaria sin entender que lo más importante, de lejos, son las personas que la conforman pues, con su contribución individual y colectiva, la construyen y le dan
vida e identidad.
En el caso de la Universidad de los Andes lo anterior es evidente. Al celebrar los 70 años de existencia, queremos resaltar y recordar con este libro a algunas de las personas que hicieron aportes excepcionales dentro de la creación colectiva que ha caracterizado nuestra breve historia. La fecha que conmemoramos nos recuerda que somos una institución muy joven. Podemos decir que recién nacida, si nos comparamos con universidades como Bolonia u Oxford, que datan del siglo xii, o con Harvard, del siglo xvii. Incluso el Rosario y la Javeriana, vecinas y grandes amigas, nos llevan más de 300 años.
Este año la Universidad de Salamanca conmemoró sus 800 años de fundación. Durante sus actos de celebración reflexioné sobre el incuestionable avance que ha tenido Los Andes durante estos 70 años en todos sus aspectos, ¡y lo merecidamente orgullosos que debemos estar! Pero también es evidente que, al comparar nuestros 70 años con los 800 de la universidad peninsular, tal vez nuestra etapa de fundación aún no ha culminado. Estamos en pleno proceso de consolidar su fundación.