En 1994 falleció en Roma Mons. Álvaro del Portillo, Obispo Prelado del Opus Dei. Incorporado a esta institución en 1935, pronto se convirtió en el principal apoyo del Fundador, san Josemaría Escrivá, y en un personaje clave en la historia reciente de la Iglesia. Tras la muerte del Fundador, le sucedió al frente del Opus Dei, erigido en prelatura personal por Juan Pablo II en 1982.
Estas páginas son un recuerdo vivo de su figura amable y recia. Quienes le trataron, hablan de un hombre bueno y fiel, que infundía paz y sosiego. El autor expone cómo se forjó su personalidad, y cómo llevó a cabo un incansable servicio a la Iglesia.