Cuando las tropas aliadas entraron en Europa tras vencer a la maquinaria de guerra nazi, hallaron un panorama desolador. Los múltiples campos de concentración y exterminio diseminados por el continente mostraban las huellas de no de los mayores crímenes de la Humanidad: el llamado Holocausto o Shoá, en hebreo. Millones de personas, incluyendo ancianos, mujeres y niños, habían sido perseguidas, recluidas y exterminadas en masa. A partir de ese momento nació el deseo de obtener justicia en muchos de los mismos sobrevivientes. Uno en particular, Simón Wiessenthal, dedicaría su vida a localizar y llevar al banquillo de los acusados a algunos de los responsables de tanto dolor. Esta en parte de la historia de su lucha. Paralelamente, los servicios secretos israelíes, con otros métodos y mayor despliegue de medios materiales e inteligencia, se lanzaban también a la tarea de reparar tamaño crímen, al menos, a tratar de impedir que el mismo quedara del todo impune. En la brevedad de este volumen, Carlos Golberg retrata parte de esa " caza de hienas ", que tuvo algunas incidencias casi de ficción, y lograr un texto de lectura apasionante a la vez, conmovedora.