Dorian despierta de madrugada y observa una escena por la ventana que lo sume en la angustia. Hay algo ahí fuera que le produce un temor instintivo y, cuando Dorian cree que han detectado su presencia, se esconde para que no lo descubran. Pasados unos segundos vuelve a mirar, aguijoneado por la curiosidad y el miedo, pero no hay rastro de la amenaza. Entonces surge otra cuestión que lo paraliza. Dorian está aterrado ante una incertidumbre: lo que vio ahí fuera se ha esfumado o, por el contrario, sigue al acecho y se las ha ingeniado para colarse en su casa. Tal vez ha regresado la sombra del monstruo al que Dorian proporcionó todo lo exigido. Excepto una cosa. Frida y el inspector Cantos se verán arrastrados durante la investigación del caso (sumado a otros sucesos paralelos) a una espiral que coloca patas arriba su mundo, hace tambalear sus convicciones más inquebrantables y pone en peligro su carrera de policía y de cantante. Una historia que te asegura horas de tensión, sorpresas y diversión. Si te muerdes las uñas, esta no es tu novela. Tú prueba y, si no te convence, siempre la puedes poner a parir con tu reseña. Cuando Tarantino regrese al thriller, lograrás ver la peli. Puedes esperar, aunque ya sabes lo que dicen: nunca supera al #libro.