La mirada exclusivamente disciplinar de los planes de estudios, enturbia la comprensión de por qué se produjeron los cambio curriculares, impide comprender que otras alternativas se descartaron, cuáles fueron las estructuras que se consideraron preferenciales y principalmente, que concepción del curriculum se defendía tácitamente. Aceptar un enfoque más amplio que el meramente disciplinar, implica, entonces, reflexionar acerca de lo que se entiende por formación universitaria, debatir sobre los diferentes perfiles profesionales que una determinada formación propone, poner en crisis tradiciones de enseñanza, construir escenarios futuros desde un enfoque prospectivo y no meramente predictivo, indagar sobre las teorías de aprendizaje, los procedimientos didácticos, la selección de contenidos y el diseño de las practicas; significa, fundamentalmente, reconocer la fabulosa herramienta política que puede ser un curriculum a la hora de generar cambios en la sociedad; pero también entraña la comprensión de los riesgos que un diseño curricular errado puede provocar.