Ser argentino puede resultar una experiencia impagable. Literalmente. Endeudarse con un banco, una casa de electrodomésticos, una tarjeta de crédito, un prestamista privado o el almacenero del barrio es una estrategia habitual de las clases medias y populares para gestionar desde sus aspiraciones de consumo y movilidad social hasta la más modesta supervivencia cotidiana. Sin embargo, los vaivenes de la economía argentina hacen que, cíclicamente, el sueño del acceso al crédito se transforme de pronto en la pesadilla del saldo que no se llega a pagar.
En este libro atrapante, Ariel Wilkis lee la historia argentina a través de las formas que adquirieron las deudas de los hogares y las familias desde 1983, entrelazando las políticas económicas de los sucesivos gobiernos con los relatos de experiencias personales y familiares. El abordaje es original: las deudas privadas suelen quedar por fuera del radar de las estadísticas oficiales y del interés de economistas e investigadores.
Estas páginas recorren los planes de ahorro previo de los años ochenta, los créditos hipotecarios en dólares y el boom de la compra de electrodomésticos del menemismo, el "consumo popular" favorecido por el kirchnerismo, los fallidos créditos UVA del macrismo y la "quema" de ahorros durante la pandemia. Hoy, mientras el gobierno de Javier Milei ajusta a los deudores y da libertad de acción a los acreedores, la Argentina tiene una economía sin crédito y una sociedad con deudas. No es un problema menor: esa experiencia "carcome las expectativas sobre el porvenir y atenta contra la ilusión de un mañana mejor, la ficción democrática más necesaria e irrenunciable".
Si acceder a un crédito es el futuro, deber dinero es el pasado. Este libro es también una mirada posible sobre el presente de una Argentina encerrada en esa encrucijada.