La Vida de Santa Oria es obra de Gonzalo de Berceo. Aquí se narra la historia de una monja benedictina que vivió reclusa en San Millán de Suso. La obra, incompleta, presenta doscientas cinco estrofas; pero las veintiuna últimas parecen añadidas: quizá por el mismo Berceo, como muchos críticos suponen.
En la introducción Berceo presenta a Santa Oria y relata su vida hasta el momento en que empiezan sus visiones de la santa. Habla de su patria y de sus padres, refiere su entrada en el monasterio y enumera sus virtudes. Además, atribuye a esas virtudes los méritos por los que ganará la felicidad eterna tras la muerte y la gracia de la visión en esta vida.
Terminada la introducción, se desarrollan las tres partes —las tres visiones— sobre las que el poema se levanta.
En la primera, Santa Oria visita el cielo. Allí contempla a sus habitantes, su organización, su estructura y el premio que ha ganado con sus obras y que se le reserva.
En la segunda visión, es María, rodeada de vírgenes, la que visita a la penitente. En el encuentro le dice que sus oraciones y sus sacrificios le han asegurado el premio y que se acerca su muerte, por lo tanto.
En la visión tercera, se traslada Oria al Monte de los Olivos y comienza a gozar en él de la eterna bienaventuranza. Es entonces, al terminar la visita, cuando tiene lugar la muerte y enterramiento de la reclusa. El breve epílogo certifica por eso su triunfo.