Camus estuvo clandestinamente en Menorca. RecorriĂł la isla, conociĂł al dueĂąo de una tienda de abarrotes que vendĂa desde ron hasta periĂłdicos, viviĂł un romance con una mujer que parecĂa elevada por la Tramontana, investigĂł un crimen y enhebrĂł su alma republicana. BuceĂł entre palabras y navegĂł por las estelas de la felicidad, el absurdo, la lucidez, la muerte, el amor y el mediodĂa. Se encontrĂł con sus raĂces al recorrer las calles sobre las que habĂa caminado su abuela y al despejar de hojas las tumbas de sus ancestros. No quedĂł rastro de sus pasos. Nada. Salvo en la novela El mar de Camus.