Si en el primer libro de Inés Mendoza el fuego era la metáfora de un deseo de transformación individual y colectiva, los dieciocho relatos que componen este nuevo volumen parten de aquella búsqueda para seguir indagando en los vínculos inciertos que surgen entre el yo y el mundo. En este sentido, Objetos frágiles es al mismo tiempo una cuidadosa relectura del ideario romántico y un viaje alrededor de la experiencia contemporánea de la descomposición.
En su apuesta por un Romanticismo actual y necesario, estas narraciones retoman la ironía del Decadentismo, la sugerencia simbolista, el gesto disidente de las vanguardias. Los hombres y mujeres que caminan por sus ciudades heridas son habitantes de los sueños, sonámbulos que, como los de Keats, Shelley o Novalis, nadan en el corazón de lo contradictorio: luz y sombra, erotismo y muerte, individuo y sociedad, materia y alma, jerarquía y caos, fugacidad y permanencia. Todos ellos se mueven en el territorio del duermevela y el vacío de lo real: encarnan la insignificancia de lo humano en la corriente del tiempo.
Objetos frágiles es, en suma, un libro apasionado, exigente y maduro, que confirma a Inés Mendoza como una de las voces más destacadas en el cuento español de hoy.