Cuando ya todo ha ocurrido, Teresa, reconstruye su historia familiar. Hay un hilo de nostalgia en su voz, animada tambiĂ©n por un ligero remordimiento. Su hermana menor acaba de morir; ese el detonante para el viaje al pasado, a los cuarenta y los cincuenta, en la Puglia, en la Italia dura y profunda. AhĂ nacieron ambas, en un ambiente de pobreza que sin embargo no impide la alegrĂa. Al calor de la chimenea, escuchan inolvidables leyendas; en los inmensos campos cultivados, se respira la libertad y el ensueño.
Pero llega la guerra. El padre, Nardo, es reclutado al ejĂ©rcito, y quedan tres mujeres solas frente a la adversidad y la privaciĂłn: las hermanas, y Cateri la madre de ambas, una mujer de una hermosura que deslumbra y hechiza. La alegrĂa se esfuma; la pobreza las cerca; los campos cultivados revelan lo que en verdad son: tierras de un impiadoso BarĂłn que somete a los campesinos y codicia a Cateri. Un hombre acostumbrado a obtener lo que desea.
No serĂĄ la Ășnica violencia que sufra Cateri, acaso ni siquiera es la peor. Su belleza la condena, como dicen en el pueblo; los rumores malĂ©volos se esparcen. Cuando el padre regrese de la guerra, encontrarĂĄ un mundo convulsionado. Una casa donde ha crecido el silencio, disputas por la tenencia de la tierra, una hija, Angelina, tan hermosa como la madre, y decidida a salir de la pobreza pagando el precio que haya que pagar. QuizĂĄs mĂĄs alto de lo que pensaba.
Con una prosa diĂĄfana y seca, con una empatĂa tan notable con sus personajes que le ha valido ser comparada con Elena Ferrante, Rosa Ventrella escribiĂł una novela ĂĄspera y luminosa. A travĂ©s de la mirada y la suave voz de Teresa, Susurros de belleza retrata un mundo de afanes, luchas y desengaños, donde las inocentes y tenaces ilusiones no siempre son recompensadas por la severa realidad.