Una semana

Nos conocimos un martes. Nos convertimos en amigos Ă­ntimos y luego en amantes un martes. Y todo acabĂł un martes
 HabĂ­a tres cosas de Charlotte Taylor cuando la conocĂ­ en la universidad que debĂ©is saber: 1. Me odiaba. TambiĂ©n afirmaba que yo era «un mandĂłn imbĂ©cil con un ego enorme». (Tengo algo enorme, sĂ­. Aunque no es mi ego). 2. Se tomaba las clases de refuerzo de Literatura que me tenĂ­a que dar demasiado en serio. 3. Era muy sexy
 y virgen. Al menos, eso era antes de que las clases empezaran a durar mĂĄs de lo que se suponĂ­a. Hasta que un beso inocente se transformĂł en cien besos profundos, y ella se convirtiĂł en la primera mujer de la que me enamorĂ©. Nuestro futuro juntos despuĂ©s de nuestra graduaciĂłn universitaria lo tenĂ­amos claro: la liga profesional de fĂștbol americano para mĂ­ y la escuela de leyes para ella. Pero me dejĂł al final del semestre sin ninguna explicaciĂłn, y desapareciĂł completamente de mi vida. Hasta esta noche. Nos conocimos un martes. Nos convertimos en todo y luego en nada un martes. Y ahora, siete años despuĂ©s, en un martes