El cáncer constituye un problema de salud en México y a nivel mundial, por el impacto social y económico sobre los pacientes, sus familias y las instituciones que les brindan atención.
El anestesiólogo no debe permanecer ajeno a esta realidad; debe formar parte de la dinámica de vanguardia en la atención del paciente oncológico, proponiendo y debatiendo soluciones a las barreras que enfrenta el abordaje del tratamiento perioperatorio, como son las aristas de morbilidad con que se asocia la enfermedad, los efectos provocados por el tratamiento sistémico antineoplásico y el manejo farmacológico para el control y el soporte de síntomas inherentes a la enfermedad.