El lenguaje está en capacidad de configurar múltiples escenarios de interpretación que no se agotan en una solitaria crítica. Son las diversas formas en que se desenvuelve el lenguaje lo que permite acercarnos a su contingencia. Es decir, valiéndonos de la idea de una escenificación y transformación plural a través del lenguaje, se traduce el acontecer particular de fenómenos, personas y acciones en un entretejido capaz de reconocer las comprensiones subjetivistas para llevarnos a expresar nuestras ideas al panorama de la vida pública, de la vida en común.Frente al angustioso cuadro de hegemonía de las disciplinas y la instrumentalización de los discursos, surge una nueva posibilidad de hacer valederas las distintas voces que responden a nuevas identidades y maneras de generar reflexiones que se sobreponen ante los intentos que limitan la capacidad propia del entendimiento. Así, este libro y sus autores no quieren reservar una percepción generalizada de la vida, sino que se argumenta en contra de la coacción de percibirnos como sujetos atrapados por una perspectiva industrial de progresos, una ruptura con el pasado o la mercantilización del tiempo. Contrario a esto, se apuesta por un principio que reconoce nuestros diálogos contingentes, aquellos que devuelven el asombro propio de la investigación, al acompañarse de nuevos sentidos de comunicación e interpretación.