Un retrato sobrio de herencia moral, carácter y vida provincial.
En De tal palo, tal astilla, José María de Pereda despliega un agudo cuadro costumbrista donde la familia, la tradición y el peso del entorno moldean destinos. A través de relaciones marcadas por la sangre y la educación, la novela explora cómo los valores —y los defectos— se transmiten de una generación a otra, condicionando aspiraciones, conflictos y decisiones íntimas.
Ambientada en la España rural del siglo XIX, la obra combina observación psicológica, crítica social y una prosa precisa para mostrar la tensión entre lo heredado y lo elegido. Un relato de identidad y continuidad, donde el pasado persiste y el carácter deja huella.




















