Tras un doloroso quiebre emocional, la protagonista vive una experiencia mística que la lleva a buscar respuestas en espacios que le habían sido ajenos hasta ese momento. Después de recibir una particular invitación se lanza a la aventura en un viaje que comienza en el Valle del Elqui, donde sin querer conoce a Ramón, quien la acompañará en sus primeros pasos en el mundo espiritual.
Este incipiente sendero de vida le permite encontrarse con su Maestra espiritual, quien la entrena para que pueda entender el porqué de las cosas que había vivido. Las buenas y las malas, para que pueda descubrir el sentido de la trascendencia y la belleza de lo sagrado.
Como piezas de un puzzle, descubre que su presente requiere respuestas que vienen de un pasado lejano, el que va siendo revelado por Sebastián El Indolente, su ser interno. Es así como logra desentrañar y sanar un conflicto que se arrastraba por siglos y que tiene como eje principal a su madre.
El despertar espiritual de la protagonista y sus caminos de aprendizaje le permiten encontrar el tesoro de la libertad de ser quien quiere ser, aunque eso le signifique disentir del mundo tal como lo había conocido.